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Esperanza Aguirre, la Espe, anticastrista

Esperanza Aguirre, la Espe, anticastrista

 

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Que Fidel Castro era un dictador, no lo duda nadie. Pero me parece increíble que algunos dirigentes del Partido Popular se alcen ahora abanderados de los valores democráticos cuando aquí, en España condenaron “a regañadientes” nuestra dictadura franquista y ridiculizan con vagos argumentos la recuperación de la Memoria Histórica.

 

La presidenta del PP madrileño y de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, encabezó una manifestación en contra del régimen de “los hermanos Castro”, celebrada en la Puerta del Sol de Madrid.

 

"Para mí es un honor, que el tirano y sus terminales mediáticas me insulten”, así de contundente se mostró Aguirre.

 

Que el régimen castrista es una dictadura, no lo duda nadie, pero el PP no pone el mismo empeño en perseguir todas las dictaduras. ¿Qué empeño pusieron en juzgar a Pinochet? ¿Y en recuperar nuestra memoria histórica?

 

Se lo voy a decir, ninguna, porque entre otras cosas, el presidente de honor del Partido Popular, sigue siendo un ex ministro del régimen del general Franco, Manuel Fraga Iribarne.

 

FOTO. Esperanza Aguirre durante la manifestación. EFE.

1 comentario

Alvaro -

¿En que te basas para decir que Cuba es una dictadura? ¿Te unes a la desinformación que estan haciendo tus compañeros de PRISA y compañia?

En Cuba hay dos tipos de elecciones: cada dos años y medio se eligen a los delegados y delegadas a las asambleas municipales, y cada cinco hay tanto elecciones provinciales como generales, es decir, de diputados y diputadas de la Asamblea Nacional.



El voto en Cuba es universal, secreto y –a diferencia de numerosos países de América Latina- voluntario, no obligatorio. La edad mínima de voto es de 16 años. Todos los electores y electoras tienen el derecho a ser elegidos como delegados, si han cumplido los 16 años, y como diputados a la Asamblea Nacional si han cumplido 18.

En Cuba las personas candidatas no son propuestas por estructuras de partido, sino por asambleas en el vecindario. Es cierto que en Cuba existe un Partido único, el Partido Comunista de Cuba, por decisión del pueblo cubano en referéndum al aprobar la Constitución de 1976. Pero el partido no interviene en el proceso electoral ni propone candidaturas. De hecho, existen delegados y diputados que son militantes del Partido y otros que no lo son.

Los candidatos a delegados a las asambleas municipales son propuestos en reuniones de electores en cada barrio o circunscripción electoral. Cualquier persona puede proponerse a sí misma o proponer candidatos. Deberá explicar en la asamblea los méritos y cualidades de la persona propuesta, y una votación a mano alzada del vecindario reunido decidirá por mayoría las candidaturas finales.

Cuando se afirma que cualquier persona puede presentarse a las elecciones cubanas, están incluidas aquellas calificadas como “disidentes” en los grandes medios de comunicación internacional. Hasta la fecha, en las contadas ocasiones en que han participado en el proceso, jamás han conseguido el más mínimo porcentaje de apoyo de sus vecinos.

Para garantizar la más estricta igualdad de oportunidades para las diferentes candidaturas, está prohibida cualquier tipo de propaganda para favorecer a un candidato. Las comisiones electorales colocan una fotografía y la biografía de los candidatos propuestos en lugares de afluencia de la población, siendo la única información pública dirigida al electorado.

El voto es absolutamente secreto. Los lugares de votación no están vigilados por ninguna fuerza de orden público, y las urnas son custodiadas por escolares de enseñanza primaria. El escrutinio se realiza de forma pública, y puede ser observado por cualquier persona cubana o extranjera.

Ningún diputado o delegado electo, de cualquier nivel, recibe salario o dieta por su condición de representante público. Como norma no son políticos profesionales, aunque quienes deben dedicarse a tiempo completo a la actividad pública pueden ser liberados de su trabajo habitual recibiendo el mismo salario anterior.

En cada circunscripción electoral –correspondiente básicamente a un barrio- se elige a un delegado o delegada, que conformará junto al resto de delegados las asambleas municipales. Esta persona es un vecino más del barrio, que no cobra salario por este trabajo, pero que debe dedicar un enorme esfuerzo y sacrificio al trabajo en la comunidad. Estos delegados deben rendir cuenta a sus electores dos veces al año, en asambleas de la comunidad, donde se plantean todo tipo de aportaciones y críticas. La experiencia de los delegados y delegadas de circunscripción, prácticamente única en el mundo, es uno de los grandes factores de la participación democrática y uno de los pilares del sistema de democracia socialista de Cuba.

http://www.cubainformacion.tv