Dialogar o no dialogar
J.M.PADILLA. LOGROÑO.
En las últimas semanas, los dos partidos mayoritarios se han visto enzarzados en una lucha a favor y en contra del diálogo con la banda terrorista ETA. Unos bloques que nos recuerdan la existencia de dos tipos de “víctimas” del terrorismo. Las provocadas por el fanatismo del terrorismo nacionalista vasco y las del terrorismo islámico. Un último tipo de terrorismo, que no existía en nuestro país sin la “provocación” que supuso el envío de tropas a Irak.
Está en la mano de nuestros gobernantes evitar que el sufrimiento de las víctimas del terrorismo se extienda a otras familias. Me perdonen las víctimas de lo que voy a decir a continuación. Me parece un poco egoísta que se cierren en banda a la hora de plantearse un supuesto diálogo con la banda terrorista ETA y su entorno.
Estamos hablando, no de sumisión a la barbarie y a darles un “cheque en blanco con lo que pidan. Cuando se habla de diálogo se piensa en evitar más víctimas, evitar más atentados.
Personalmente me sumo a su dolor y renuncio plenamente a todo tipo de violencia, incluso la legítima del Estado. No olvidemos que la dispersión penitenciaria causa muertes de inocentes y que las fuerzas de seguridad, en algunas ocasiones han sido puestas en tela de juicio por ONG´s por supuestas torturas.
La dispersión penitencia provoca muertes de familiares de etarras, que no tienen ninguna culpa, pero quizás la reinserción social de un preso “etarra” no sea posible sin el aislamiento de la crispación del entorno.
La sociedad vasca y la española tienen sed de paz. Muestra de ello se da en la plataforma liderada por víctimas como, el periodista y víctima de ETA, Gorka Landáburu o el joven edil socialista Eduardo Madina.
Esta iniciativa ciudadana respalda el diálogo con el entorno de la banda, con la premisa de “en mi nombre sí”.
Parece paradójico que quienes en su día fueron víctimas de la represión franquista en el País Vasco, hoy lo son del terrorismo etarra y se les acusa, por parte de la izquierda abetzale más radical de “traidores españoles”.
La negación radical al diálogo parece inconcebible en una sociedad con una democracia, joven pero asentada como es la española.
Señores políticos está en su mano evitar que se extienda el sufrimiento a más familias. Evitemos más víctimas del terrorismo, de todo tipo, el terrorismo etarra, que lo llevamos padeciendo desde los años 60, y que a pesar de los cambios que ha experimentado el país en los últimos años se ha mantenido vigente hasta hoy. Y del nuevo tipo de terrorismo, éste último, más difícil de erradicar, por el foso infranqueable que existe entre oriente y occidente, una división, quizás evitable gracias a la “alianza de civilizaciones”.
Luchen por evitar más sufrimiento, dialoguen, porque la palabra es el único recurso frente a la barbarie terrorista. Señores dialoguen, al menos en mi nombre, pero no se sometan.
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