ESPARTERO
Vivimos en el siglo XXI, aun así, todavía perviven junto a nosotros simbologías dignas de otro tiempo en las tomas de posesión de los cargos públicos
En las ceremonias de toma de posesión sigue permaneciendo la “simbología religiosa”. Los nuevos cargos tienen la opción de “jurar o prometer” el cumplimiento de sus obligaciones, eso sí, delante del crucifijo y la Biblia.
El PSOE rechaza promover una legislación que establezca ’obligaciones legales’ para la retirada de los símbolos religiosos en actos como las tomas de posesión de los cargos públicos.
La iniciativa partió de IU e ICV…y no ha salido adelante, únicamente contó con el respaldo de ICV, Na-Bai y UPyD, que junto a los promotores sumaron unos nueve votos insuficientes para compensar los de PSOE, PP, CiU y CC.
Un chasco parlamentario. ¿De esta manera se quiere avanzar en la laicidad del Estado?
Los símbolos religiosos, claro está, no se meten con nada ni con nadie, pero el hecho que un cargo público tome posesión delante de un crucifijo y una Biblia, y dicha personalidad no crea, no deja de ser algo chocante, y como calificó un célebre sacerdote riojano, algo “obsceno”.
Además no se tiene en cuenta “otras sensibilidades” religiosas de una sociedad, la española, cada vez más plural y diversa.
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