Nuestra Constitución establece en su artículo 16, la aconfesionalidad del Estado, no obstante, desde su aprobación en 1978, las intromisiones de la Iglesia Católica en la vida social y política del país han sido constantes.El último episodio, lo ha protagoniado el obispo Cañizares, los micrófonos de la Cadena Ser han recogido unas declaraciones en las que hacen un “flaco favor” al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero afirmando que “la débil condena ha fortalecido a ETA”.Es una de las tantas intromisiones de la Iglesia española en la vida social y política de España. El último episodio ha sido motivado por el fallido proceso de paz, y digo yo…lo correcto es evitar que no haya más muertes…que las ovejas descarriadas, -de ETA-, vuelvan a la senda de la paz y se evite que no cometan el pecado de “matar”.Otra intromisión, más reciente, la Educación para la Ciudadanía, a la que la Conferencia Episcopal ha hecho oposición radical, acusando al Gobierno de “apología del socialismo”, casi ná.Seguimos en la lista de intromisiones, en la redacción de leyes. Con la crítica ácida a la reforma del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. La Iglesia ha recurrido al “alarmismo social”, acuciado por el PP, con mensajes como “la familia se rompe”, pero ¿acaso no hay más de un modelo de familia?Finalmente, aunque la lista continuará, se encuentra la Ley de la Memoria Histórica, aprobada, tras varios debates parlamentarios con un “amplio consenso” y que reconoce a las víctimas de todo tipo, de religión, orientación sexual, ideologico, político…Estas intromisiones en la vida española del clero no contribuyen, para nada en la buena salud de la convivencia en España, sobre todo cuando, día tras día, desde la emisora de los obispos, su locutor estrella, se dedica a promover el odio al ¿contrario?Ya lo decían los clásicos, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
Nuestra Constitución establece en su artículo 16, la aconfesionalidad del Estado, no obstante, desde su aprobación en 1978, las intromisiones de la Iglesia Católica en la vida social y política del país han sido constantes. El último episodio, lo ha protagoniado el obispo Cañizares, los micrófonos de la Cadena Ser han recogido unas declaraciones en las que hacen un “flaco favor” al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero afirmando que “la débil condena ha fortalecido a ETA”. Es una de las tantas intromisiones de la Iglesia española en la vida social y política de España. El último episodio ha sido motivado por el fallido proceso de paz, y digo yo…lo correcto es evitar que no haya más muertes…que las ovejas descarriadas, -de ETA-, vuelvan a la senda de la paz y se evite que no cometan el pecado de “matar”. Otra intromisión, más reciente, la Educación para la Ciudadanía, a la que la Conferencia Episcopal ha hecho oposición radical, acusando al Gobierno de “apología del socialismo”, casi ná. Seguimos en la lista de intromisiones, en la redacción de leyes. Con la crítica ácida a la reforma del Código Civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. La Iglesia ha recurrido al “alarmismo social”, acuciado por el PP, con mensajes como “la familia se rompe”, pero ¿acaso no hay más de un modelo de familia? Finalmente, aunque la lista continuará, se encuentra la Ley de la Memoria Histórica, aprobada, tras varios debates parlamentarios con un “amplio consenso” y que reconoce a las víctimas de todo tipo, de religión, orientación sexual, ideologico, político… Estas intromisiones en la vida española del clero no contribuyen, para nada en la buena salud de la convivencia en España, sobre todo cuando, día tras día, desde la emisora de los obispos, su locutor estrella, se dedica a promover el odio al ¿contrario? Ya lo decían los clásicos, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.
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