Mamá quiero ser alcalde
Como lo oyen, lo he decidido, quiero ser alcalde, amarrarme al sillón y calificar, recalificar, volver a calificar terrenos, y aquí paz y después Gloria.
Quiero hacerme amigo de constructores, “chiquitear con ellos” y así chanchullear, mangonear...
Pensaba que ser alcalde en un pueblo pequeño, no daba más que quebraderos de cabeza, migrañas, desazones, ardor de estómago, pero ¡qué va!, luego cogemos la chequera y ya está, recalificamos unos terrenillos un piquito para ti, otro para mi, y todos mudos oiga.
Lo que ha sucedido en Marbella ha sucedido, en escala, en un pueblo riojano llamado Lardero, a 4 kilómetros de Logroño (La Rioja) y que ha sido un pifostio padre.
Un terreno pensado para viviendas unifamiliares ha sido invadido por unos bloques de pisos, variando los ingresos por estos pisos en, al menos, 2 millones de euros.Alucinante, y dice el refrán español, “cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”, pues bien.
Logroño está desarrollando un área metropolitana impresionante. Lardero, Albelda, Alberite, Villamediana, Entrena, Nalda, entre otros formarán parte del denominado “Logroño metropolitano.”
Lo que pretenden es la transformación de terrenos rústicos en terrenos urbanos, y así urbanizar, encementar, etc... Yo también quiero ser alcalde, como Yola, reduciendo la jornada laboral a 4 horas, como dijo y luego ya tendré el sillón municipal para relajarme, y las arcas municipales para hacerme regalitos, chalecitos, cochecitos, chóferes y toda la ostia.
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