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“Y tú ¿por qué no te callas?

 
Escena del altercado verbal entre el rey Juan Carlos y Hugo Chávez.Foto: Reuters

ESPARTERO.BLOGIA.COMLa XVII  Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile, más que un foro importante de dirigentes de los países iberoamericanos, parecía un patio de colegio. 

La chispa sobre la mecha la prendió el presidente Venezolano, Hugo Chávez, quién se refirió al ex presidente del Gobierno español, José María Aznar como “fascista”. A lo que el presidente Zapatero espetó al líder venezolano: “Se puede estar en las  antípodas de una posición ideológica y no seré yo quien esté cerca de las ideas de Aznar, pero fue elegido por los españoles y exijo respeto”, unas palabras que dan referencia a la altura política del presidente Rodríguez Zapatero.

 El líder venezolano, durante toda la sesión reprodujo los insultos hacia José María Aznar. A lo que el Rey, ante las continuas interrupciones le recriminó a Chavez con un llamativo. “¿Por qué no te  callas?”, con un tono poco habitual en el monarca español. 

Por otro lado, otro protagonista de la jornada fue el rey Don Juan Carlos, quien abandonó el “cónclave” tras las críticas vertidas por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega hacia el empresariado español. 

“Chapeau” por el papel del presidente del Gobierno, por el contrario no puedo decir lo mismo del Monarca…no se puede abandonar un foro de esas características, más aún cuando no te gusta el tono que está tomando la intervención totalmente censurable de Hugo Chávez.  

Los políticos que carecen de argumentos suelen recurrir habitalmente al insulto y burla fácil.

La foto es de REUTERS

1 comentario

Alvaro -

Lo ocurrido en Cumbre Iberoamericana testimonia que los tiempos han cambiado. Después de siglos de crímenes y saqueo, imponiendo a sangre y fuego un orden favorable a intereses ajenos, se pretendía, una vez más, argüir que la situación de pobreza, exclusión y marginalidad, en que se hallan sumidas las mayorías del continente no es responsabilidad de las antiguas metrópolis coloniales ni de la continuidad de esa dominación por las transnacionales europeas y norteamericanas.
La sublevación de verdades, desatada en las voces de líderes emergidos en procesos de refundación nacional, hizo perder el control a los representantes de una mentalidad colonial, más irritados por un discurso que reivindica la recuperación de los recursos naturales y los servicios básicos, que por las alusiones a un gobernante europeo de triste recuerdo. No nos engañemos, son los intereses mezquinos de los banqueros y accionistas que representan y no el honor de los españoles, los que conducen al líder de un partido “socialista y obrero” y a un monarca no electo a compartir la defensa del criminal de guerra José María Aznar.
Las voces de los indios, de los oprimidos, de los olvidados, han entrado definitiva y crecientemente en el escenario político iberoamericano, y ni monarcas ni neoliberales disfrazados de izquierdistas las harán callar.